Muchos años atrás al requerir un servicio de auxilio mecánico uno encontraba opciones diferentes a las actuales, el A.C.A. (Automóvil Club Argentino) era el servicio por excelencia, con una cobertura que abarcaba prácticamente todo el territorio argentino opacaba cualquier competencia, sin embargo resultaba común encontrar servicios de auxilio de particulares.
En décadas pasadas surgieron empresas dedicadas a éste servicio que se ganaron su reputación de la mano de compañías aseguradoras, pacto que marco el fín de aquél servicio mecánico particular.
El gringo ya estaba viejo, años de "ingenieri" arriba del camión remolque le habían dejado unos mangos mas no los suficientes para cubrir los descuidos de su espalda, la vista le engañaba y el genio cada vez más corto fué el determinante que lo obligó a vender su herramienta de trabajo. Se lo ofreció a Tito su aprendiz que ya era todo un hombrecito, desatendiendo toda lógica ya que le pagaba monedas y era imposible esperar que disponga siquiera para una entrega inicial...
La grúa quedó parada al lado del galpón esperando dueño los meses de verano, los yuyos eran persistentes en el intento de esconderla, Tito no tuvo mejor suerte, se ganaba unos mangos con los muchachos del ferrocarril que le tiraban unos pesos mientras los "cubría" en sus puestos laborales.
Su amigo Rolo en cambio atento a la buena vida no trabajaba en verano y lo encontraba Abril sin oficio declarado, ganarse la quiniela y gozar de la vida no era algo bien visto por su entorno, tenía que trabajar... o por lo menos aparentarlo. Ni bien se enteró del Chevrolet y la situación de Tito vió la oportunidad para él y su amigo: Mientras Tito se ganaba el pan, Rolo recuperaba su dignidad de hombre de trabajo.
No hace falta decir que Rolo no sabía nada de mecánica, ni mucho menos que entre sus planes estaba trabajar, pero aún así prosperó el pacto entre caballeros y compraron el Chevrolet. Tito fué a dar la cara plata en mano por que el Gringo por poco no se persignaba frente al camión, nunca se lo vendería al señor que se hizo famoso por ser esquivo al trabajo.
Así nació el Auxilio "La Madrugada" nombre que buscaba desesperadamente subrayar el espíritu trabajador de sus nuevos dueños. A posteriori el nombre del auxilio sólo evocó la costumbre de Rolo de montar guardia en una estación de servicio cerca del hotel alojamiento y cobrar el triple.
Por eso, de caer en desgracia, la gente rogaba por que sea Tito y no "El enfermero" como le decían a su socio de mameluco blanco impecable que se limitaba a remolcar los autos más nunca abrirle el capot.
Tito pudo hacer diferencia, Su socio también la hizo pero su capacidad para el derroche era propia de un magnate, incluso en el barrio la muchachada ya había acuñado su nombre y el que se compraba unas buenas zapatillas nuevas andaba "Hecho un Rolo". Años más tarde su bonanza financiera llego a su fín y vendió su parte, el último bien ganancial que le quedaba, a su compañero de mameluco gastado.
Vale la pena recordar a Tito en su bondad que no sólo dejo el nombre de su amigo en la otra puerta: Lo contrató, pero esta vez Rolo tuvo que ensuciar el mameluco, no le quedó otra...
Se le quedó el auto?
Magníficent Chevrolet 4400!
(Code 3: Modelo alterado sin consentimiento del fabricante, Se ofrece como "Quick Shot Road Towing Emergency Service". Fué modificado atendiendo a las costumbres locales.)