Ante todo, vale aclarar que Mercedes Benz en Sudamérica no compartía las denominaciones de sus productos, sobre todo en vehículos pesados, así este camión que en Europa se conce como L3500, aquí era el 911 (Y lo que se conocía como 911 en Europa, aquí eran 1112... 1114... y unos tantos más empezando con 11 y los números siguientes se correspondían con la potencia de los mismos, visualmente eran prácticamente idénticos). Hecha la salvedad respecto a nomenclaturas y atendiendo al espíritu de la colección que se basa en modelos de Argentina, resulta imperioso titularlo como 911.
Es una pieza interesante (por si no le llamó la atención de buenas a primeras) y es el resultado de un proyecto iniciado el año pasado cuando surgió la idea de hacerlo luego de ver el modelo de Minichamps:
Así es el modelo original, yo no tuve el tino de fotografiarlo antes de ponerle las manos encima, bien sirve una buena foto de Don Sivianes que también lo tiene.
No vamos a hablar de Libella, bebida alemana que nos resulta desconocida, pero lo notorio es que comparte los colores de nuestra (muy local) Pritty, empresa que ya lleva muchos años en el mercado local, de origen cordobés y de mención obligatoria cuando se habla de gaseosas sabor a limón.
En la actualidad, es una gran empresa con importantes predios industriales y altos niveles de calidad, con una fuerte imagen de marca, pero como es natural y de esperarse, todo eso responde a un proceso que llevó décadas de trabajo y aquí es donde empieza a asomar el primer escollo: El modelo y la intención apuntan a reproducir un camión repartidor de antaño, ubicado entre fines de los 60s y principios de los 70s, momento en que la marca tenía una gráfica muy distinta a la actual, y era conocida principalmente en la Provincia de Córdoba, no a nivel nacional.
Camión en mano y con la convicción de que internet lo tiene todo salí en busca de aquél viejo logo sólo encontrándolo en fotografías de viejos envases, frustrante, botellas de vidrio a mi gusto bellísimas que podrían figurar en una revista DECÓ, pero ninguna me facilitaba el logo completo...
Así el proyecto se vió pausado hasta marzo de éste año cuando me puse en contacto con Matías Sánchez, coleccionista de la marca y descendiente de los por entonces propietarios de Pritty: Egea y Sánchez S.A.
Matías tuvo una predisposición para ayudar digna de todo elogio, fueron decenas de mails los que fueron y volvieron y del lugar menos pensado fué rescatado el logo: Quién no recuerda aquellas billeteras alargadas de los repartidores, esas del largo exacto del billete para plancharlos literalmente dentro, sin doblarlos, como las hojas de una libreta, atestadas de billetes chicos y sujetadas por varias banditas elásticas...
Una billetera de ésas fué la salvadora, que conserva al día de hoy en estado prístino dentro de su gran colección:
Es inevitable que el viejo logo vaya borrándose de la memoria colectiva, el tiempo todo se lo lleva, muchas de las cosas que hoy consideramos curiosidades, rarezas, inclusive hallazgos o tesoros del pasado no son otra cosa que objetos cotidianos de otros tiempos, así hoy festejo el encuentro del logo de forma plana...
Pero como se puede ver en ésta foto de mayo de 1969 (Cordobazo) el logo en ese cartel inmenso tenía una marcada presencia sobre uno de los puentes que dan acceso al centro de la ciudad Córdoba (El Puente Avellaneda). Dejando de lado hechos históricos, tomo como referente la fuerte presencia y la exposición regular del logo a miles de cordobeses por éste medio, que apenas era un botón de muestra respecto a la publicidad de la marca por aquéllos años.
Es decir era algo cotidiano y muy habitual, pero quien les escribe tuvo que mover cielo y tierra para tener la foto, el preciado archivo, el tesoro intangible: el logo para imprimir 43 años después.
Digitalización mediante el logo y toda la gráfica propia de aquéllos años fueron a parar a manos de uno de los fabricantes de calcas más conocidos del medio, Leo Vicentini.
Dado que no son cosas de primera necesidad y urgencia, se podrán imaginar que llevan tiempo,, por los dos meses siguientes el camión seguía diciendo Libella y algún mail para mantener contacto fué todo, hasta que llegó el gran mensaje: Las calcas están listas.
De ahí en más ya el paso fué firme y en unas cuantas noches de quietud fué viendo la luz el modelo tanto tiempo imaginado:
Sépase que la base sobre la que se trabajó es un lujo, usar un modelo de minichamps (para los que no están en el tema una de las mejores marcas) meterle mano, resaltar detalles y borrar las gráficas originales va en contra del manejo meticuloso con que se tratan éstos modelos.
Así todo el proceso no pudo tener medias tintas, si salía bien era una genialidad, sino era un excelente camión arruinado, sin segundos puestos, todo o nada.
Cuántas veces puse calcas al agua? ninguna. Me repetía casi regañándome mientras en la mesa estaban calcas que se esperaron meses y un camión de primera marca.
Y sobre tonos oscuros? se pega una de color blanco y otra que va justo encima... decirlo y hacerlo... créanme que prefiero decirlo. Por suerte la excelencia del camión hace pasar varios errores de quién escribe a un segundo plano, gran modelo realmente.
Todo para llegar a un Código 3 muy digno y exclusivo (Un Código 3 se les dice a los modelos que fueron modificados sin consentimiento del fabricante, nomenclatura oficial de coleccionistas paquetes vió?)
Iba a cerrar como siempre, al grito de magníficent Mercedes Benz 911! Pero esta vez el uso le gana a la herramienta, en este caso al camión, al compañero de trabajo, dejando la marca de la estrella en un segundo plano y un gustito a limón en la boca...
Magníficent Pritty!