Se sabe de mi afecto incondicional por éste auto, así casi sobre el retorno de capital federal un colega se acerca tímido modelo en mano y un valor más que simbólico en la boca, un precio para no negarse (por lo que serían cuatro atados de cigarrillos lo traje a casa) aunque perdura el gusto de no haber pagado lo suficiente llevando una deuda a saldar seguramente en el próximo encuentro.
Aquí uno se confunde y no sabe si referirse al modelo o a la maqueta... resulta que es un 403 de Heller, para los que no están en el tema, Heller ofrece modelos para armar, no modelos terminados, es decir uno compra el modelo y en definitiva, va a ser tan bueno como lo diestro que se sea para armarlo, pintarlo y detallarlo.
Y en las líneas laterales algo muy curioso, de las tres que lleva sólo la de abajo, las otras resultarían toscas de hacerse y el brillo de la pintura curiosamente las suple. Detalló el gotero y no los picaportes, uno se preguntará por que nó? y de imaginarlo con los mismos pintados quedaría tal vez muy "cargado".
Las llantas es otra parte donde jugó el libre albedrío, seguramente no tendrán rigor histórico pero son de buen gusto.
Ahora, Heller ofrecía el modelo para armar con techo cerrado, al armarlo nuestro colega coleccionista y por demás diestro se atrevió a modificar el techo para representar el corredizo abierto hacia atrás y metido abajo como todo Peugeot.
Al logro se le suma la complicación, no basta con la prolijidad del techo, ahora el interior tenía que estar a tono y la verdad se salvó el día, el cambio de marchas al volante, el velocímetro y un volante bastante representativo (le falta el aro de la bocina) resultan suficientes para mirarlo con gusto.
Y es uno de esos modelos que dan mucho para hablar, como en éste caso, dejando anécdotas de lado de manera deliberada, ya tenemos largo rato para contar...
Magníficent Peugeot 403!